Teleférico de Loen




Día 96 (25/06)- Hoy teníamos pensado hacer una excursión a otro brazo del glaciar, pero después de llover toda la noche y sigue lloviendo nos vamos a subir al teleférico de Loen (Loen Skylift) que es el de mayor pendiente del mundo con una ascensión de 1.011 metros desde el nivel del mar hasta la cima del Monte Hoven.

 Se inauguró en mayo del 2017 y todavía están construyendo en la zona, para convertirlo en otro de los muchos iconos turísticos del país. Este año se espera que transporte a unos 40.000 pasajeros. El lugar es de una belleza espectacular. Montañas, lagos y sobre todo grandes fiordos.


      En la cima se ha construido todo tipo de servicios, entre ellos un restaurante con la terraza en la misma roca de la montaña, y punto de partida para los senderistas en verano, y los esquiadores en invierno.
     Una vez arriba, que se sube en cinco minutos, ¿quién se queda ahí? Pues a caminar para subir un poco más alto y poder ver más cosas, así que nos acercamos al monte Skredfjellet y estuvimos un rato disfrutando del panorama y la tranquilidad que se respira ahí arriba.
  
   
 Bajamos relajados y grabando en nuestras retinas todo lo que veíamos, una gozada. Por supuesto se nos hizo tarde para comer, así que casi fue una merienda cena para los horarios de aquí.



    Avanzamos en la ruta con idea de llegar a Aurland, cerca del mirador de Stegastein que teníamos pensado para hoy también, pero nos entretuvimos y no nos dio tiempo.
   En esta ruta también había que coger un ferry y sorpresa al salir del ferry, al llegar a Laerdal, nos encontramos con el famoso túnel más largo del mundo 25,4 km. Lo realmente curioso de este túnel es el tratamiento que los ingenieros dieron al tema de la ventilación y la seguridad.


La ventilación se resolvió con dos ventiladores gigantes y un filtro electrostático para eliminar el polvo y dióxido de nitrógeno. La solución para la seguridad y evitar agobios y claustrofobia fue dividir en cuatro secciones, separadas entre ellas por unas grandes cuevas con techos más elevados e iluminados de tal forma que ofrece la sensación visual de que estamos conduciendo a la luz del día. Aquí te puedes parar a descasar y admirar la iluminación.
     Nada más pasar el túnel paramos en el camping Lunde a pasar la noche.






     

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